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Recomendaciones para evitar que el calor afecte a tu salud y la de los más vulnerables

Los ancianos, niños menores de 3 años y enfermos crónicos deben protegerse especialmente del calor para evitar problemas como la deshidratación, calambres o golpes de calor. Aquí te contamos cómo.

Las temperaturas excesivas pueden afectar a toda la población pero los grupos más vulnerables son las personas mayores, los enfermos crónicos, las personas institucionalizadas, los pacientes ingresados en centros hospitalarios, los menores de 4 años y las personas sin hogar o en viviendas sin condiciones adecuadas.


Una temperatura muy elevada produce pérdida de agua y electrolitos que son necesarios para el normal funcionamiento de los distintos órganos. Por ello, la exposición a temperaturas extremas puede provocar problemas de salud como:

  • calambres

  • deshidratación

  • insolación

  • golpe de calor (con problemas multiorgánicos que pueden incluir síntomas tales como inestabilidad en la marcha, convulsiones e incluso coma o muerte).

Las temperaturas altas persistentes (temperaturas máximas y mínimas diarias anormalmente altas durante varios días) provocan el calentamiento de los edificios, lo cual conlleva la imposibilidad de conciliar el sueño y de que el cuerpo descanse apropiadamente. Además las personas mayores, niños muy pequeños, personas con determinadas enfermedades crónicas, o sometidas a ciertos tratamientos médicos o con discapacidades que limiten su autonomía, pueden ver sus mecanismos de autorregulación descompensados.


Factores de riesgo personales

  • Personas mayores de 65 años.

  • Menores de 4 años.

  • Embarazadas.

  • Enfermedades crónicas (cardiovasculares y/o cerebrovasculares, respiratorias, mentales, renales, diabetes mellitus, obesidad mórbida, peso excesivamente bajo, pacientes terminales, pacientes inmovilizados…).

  • Ciertos tratamientos médicos (diuréticos, neurolépticos, anticolinérgicos y tranquilizantes).

  • Trastornos de la memoria, dificultad de movilidad, dificultades de comprensión o de orientación o poca autonomía en la vida cotidiana.

  • Trastornos de la alimentación.

  • Enfermedades agudas durante los episodios de temperaturas excesivas.

  • consumo de alcohol y otras drogas.

  • Otros factores que dificultan la adaptación al calor.

  • Personas que ya han tenido patologías debidas al calor.

Factores de riesgo ambientales, laborales o sociales

  • Personas que viven solas, en la calle o en viviendas difíciles de refrigerar.

  • viviendas con ausencia de climatización y/o difíciles de refrigerar.

  • Exposición excesiva al calor por razones laborales (trabajo manual en el exterior o que exigen un elevado contacto con ambientes calurosos, uso de equipos protectores personales, trabajar con productos químicos peligrosos…), deportivas (deportes de gran intensidad física) o de ocio.

  • Contaminación ambiental.

  • Ambiente muy urbanizado.

  • Exposición continuada durante varios días a elevadas temperaturas que se mantienen por la noche.


Recomendaciones a la población general


Consumo de líquidos:

  •  Beba agua de manera constante y a lo largo de todo el día sin esperar a tener sed, le ayudará a recuperar las pérdidas por el sudor.

  •  Evite consumir bebidas con cafeína, alcohol o demasiado azúcar. No calman la sed y le hacen perder más líquidos corporales.

  • Consumo de alimentos:

  •  Aumente el consumo de ensaladas, verduras y frutas, conseguirá reponer las sales minerales que se pierden por el sudor.

  •  Evite las comidas grasas y demasiado abundantes puesto que dificultan la adaptación al calor.


En casa:

  •  Aproveche los momentos de menos calor para ventilar y refrescar la casa.

  •  Si nota mucho calor, refrésquese el cuerpo, sobre todo cara y manos, con agua fresca.

  • Procure tener un ventilador en la estancia donde se encuentre.


En la calle:

  •  Evitar estar al sol en las horas centrales del día.

  •  Si tiene que salir a la calle protéjase del sol mediante un sombrero, gafas de sol y protector solar.

  •  Evite realizar grandes esfuerzos físicos que le generen intenso sudor, en las horas de más calor.

  •  Si no tiene más remedio que trabajar a pleno sol, cubra su cabeza con un sombrero y su cuerpo con ropa ligera muy transpirable. Beba abundante agua, de 2 a 4 vasos de agua fresca por hora.


Cuide de las personas más frágiles:

  •  Preste especial atención a bebés, personas mayores y personas enfermas.

  •  NUNCA debe quedarse alguien en un vehículo estacionado y cerrado, aunque esté a la sombra.

  •  Las personas ancianas, sobre todo las que viven solas o son dependientes, pueden tener dificultades en adoptar medidas protectoras, por lo que es conveniente visitarlas, al menos, una vez al día.

  •  Consulte con personal sanitario ante síntomas que se prolonguen más de una hora y estén relacionados con las altas temperaturas (debilidad, fatiga, mareos, náuseas, desmayo…).

Fuente: Actuaciones Preventivas ante el Exceso de Temperaturas sobre la Salud (Dpto. de Salud del Gobierno Vasco)





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