¿Eres de las que cuando acude a un supermercado, duda al elegir una u otra? Si acabas de responder sí, sigue leyendo con atención este artículo que presenta esta semana nuestra dietista-nutricionista Ariane Nuñez.
Siempre es la misma pregunta: ¿cuál es mejor, la mantequilla o la margarina? A día de hoy, podemos encontrar toda una estantería llena de mantequillas y margarinas, cada una con un eslogan diferente, ofreciéndonos nuevas alternativas. Pero, si quieres saber con cual quedarte, primero debes saber cuáles son sus diferencias:
La mantequilla es una grasa de origen animal, concretamente es una grasa láctea y está compuesta u compuesta por un 30% agua y un 70% de grasa. Al ser rica en esta grasa, contiene colesterol, vitamina A y D. Aunque contiene colesterol, no se elimina totalmente de la dieta, pero sí que hay que controlar su consumo.
La margarina es una grasa de origen vegetal que contiene vitaminas A y E, sin colesterol, pero con muchos más aditivos que la mantequilla. A priori, parece la mejor opción, pero ¿es realmente la mejor opción?
En los años 90, se realizó una campaña en contra de todos los alimentos que contenían colesterol, entre ellos, la mantequilla y fue entonces cuando comenzó el auge de la industria de la margarina en todo el mundo, ya que podía obtenerse de grasas vegetales y no contenía colesterol.
La margarina, si nos fijamos únicamente en su origen, se podría considerar una alternativa buena, ya que nos aporta grasas saludables. Sin embargo, esta grasa tiene que pasar por un proceso de hidrogenación para conseguir que se convierta de líquido a sólido. Y, seguro que te estarás preguntando: “¿Cuál es el problema?”, el problema es que durante este proceso se crean las grasas” trans”, que son las que están relacionadas con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
A día de hoy, hay algunas marcas de margarinas que han conseguido disminuir o evitar que se generen grasas “trans”. En el caso de estas margarinas, debe estar señalado en el envasado (sin grasas trans) y también debe aparecer el tipo de aceite que se ha utilizado en su elaboración.
Teniendo en cuenta todo esto, ¿cuál debo elegir?
La mejor opción para un consumo esporádico es la mantequilla, dado que es un alimento más natural y, además, no se crean grasas hidrogenadas como en la margarina, ya que su proceso industrial es mucho más sencillo.
Aun así, hay que tener cuidado con las mantequillas fáciles de untar y las” bajas en grasa,” ya que pueden llevar gelificantes, aromas o colorantes añadidos para que su textura y sabor sea igual al de la mantequilla tradicinal, ¡no todo lo que reluce es oro!
Por el contrario, si decides consumir margarina antes que mantequilla, por ejemplo, porqué te gusta más el sabor o porque llevas una alimentación vegetariana o vegana, debes elegir la que esté etiquetada cómo 100% vegetal y tenga menor lista de ingredientes añadidos (colorantes, aromas, conservantes).
Recuerda que tanto la mantequilla como la margarina deben ser para un consumo esporádico, es mejor priorizar como grasa vegetal el aceite de oliva virgen extra tanto para cocinar como par aliñar. Te animo a que cambies los ingredientes de tus tostadas, ¡prueba con el aceite de oliva virgen extra o con aguacate! ¡Estarás aportando grasa saludable!
ARIANE NUÑEZ NUTRICIONISTA
Formación
- Graduada en Nutrición Humana y Dietética por la Universidad del País Vaso.
- Nutricionista Colegiada (EUSOO301)
Líneas de investigación / intereses
- Alimentación vegetariana y vegana
- Nutrición infantil
- Patologías gastrointestinales
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