Este sábado, 21 de septiembre, se celebra el Día Mundial del Alzheimer, una dolencia que afecta al 12% de la población. En el siguiente post, os detallamos esta enfermedad neurodegenerativa que deteriora las facultades mentales de la persona afectada.
En trazos generales, la sociedad es consciente de las dificultades que entraña una enfermedad como el alzheimer. No obstante, es difícil cuantificar su impacto si no se conoce un caso cercano. Por ello, el Día Mundial del Alzheimer que se celebra este sábado, 21 de septiembre, tiene como objetivo concienciar a la población sobre una afección que afecta al 12% de las personas, especialmente en edades avanzadas.
¿Qué es el alzheimer?
Conocemos como alzheimer a la enfermedad neurodegenerativa que afecta a las facultades físicas de quienes lo padecen. Conocida así en honor a Alois Alzheimer, un neurólogo alemán que detectó la enfermedad junto al psiquiatra Emil Kraepelin, esta afección es la más común de las demencias. Puede desarrollarse a partir de los 40 años, pero es más frecuente a partir de los 65 años. Se trata de una enfermedad incurable y terminal que degenera las células del cerebro. Conlleva el deterioro de las habilidades cognitivas, haciendo mella en comportamiento y habilidades sociales, disminuyendo considerablemente el grado de independencia de la persona afectada.
Causas, fases y síntomas
Actualmente no hay constancia definitiva de las causas del alzheimer. A pesar de ello, existen algunos indicios sobre origen de esta enfermedad que inicialmente actúa solo a nivel de corteza y que a medida que aumente el deterioro hace mella en el nivel subcortical. Los científicos creen que la mayoría de los casos atienden a una combinación de factores genéticos, ambientales y del estilo de vida que afectan el cerebro a lo largo del tiempo.
En la segunda fase cuando la persona afectada comienza a tener dificultades para comprender y emitir el lenguaje
Los primeros síntomas del alzheimer pueden manifestarse en pequeñas pérdidas de memoria, de las que el paciente puede ser consciente. Se trata de la primera fase; a medida que transcurre el tiempo aumentan los problemas relacionados con la enfermedad, derivando en dificultades de memoria, de razonamiento, de valoración y planificación, así como trastornos en la personalidad. Es en la segunda fase cuando la persona afectada comienza a tener dificultades para comprender y emitir el lenguaje, además de comenzar a perder independecia al no poder hacer actividades como comer o vestirse por sí solo.
En la tercera fase, el deterioro es evidente. Las pérdidas de memoria se retrotraen hasta la infancia, y no se reconocen los allegados. En algunos casos, el paciente pierde la capacidad de reconocerse a sí mismo ante un espejo. El mutismo, la descoordinación y la falta de autonomía se acentúan, y se vuelve totalmente dependiente. En ocasiones, suele tener episodios de hiperfagia, la hipersexualización o ira.
El tratamiento suele basarse en ralentizar y retrasar el deterioro cognitivo
Tratamiento
El alzheimer no tiene cura conocida hasta la fecha. Es por ello que el tratamiento suele basarse en ralentizar y retrasar el deterioro cognitivo. Se hace de dos maneras; por un lado, existe el tratamiento farmacológico que mediante uso de medicamentos para lograr que la acetilcolina perdure en el cerebro lo más tiempo posible. Por otro lado se hace uso del tratamiento psicológico, basado en la terapia ocupacional y la estimulación cognitiva.
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